Balsero, la historia de una travesía a la libertad.

Autor: Hector Valle

YO SOY BALSERO
#YoSoyBalsero



Yo soy balsero y me siento profundamente orgulloso de serlo por eso y por lo que significa me animo a contar mi historia que es la de 12 cubanos más, la de todos los que nos ayudaron y quedaron atrás, de los cientos de miles que también lo hicieron y conquistaron la libertad como un cimarron Carabali, por los que no lo lograron, por los cientos de miles que el mar se guardó para siempre, por nuestra familia, por cada cubano, por Cuba.

Esta es una introducción imprescindible para luego contar como llegué en balsa a los EEUU.

INTRODUCCIÓN

Día X:

Muchos no saben que yo llegué en balsa a EEUU, decisión personal porque tenía a manos otras vías, pero por un lado arrastrar a los amigos y por otro el desconocimiento de los peligros del mar me hicieron apostar por cruzar el estrecho de la Florida.

Tuve un intento fallido producto de una delación, luego de ese incidente transforme la salida de Cuba en una operación calmada, planificada y coordinada con detalle. Tuve la suerte de encontrar Cardenenses valientes e inteligentes que fueron los que llevaron a la practica mis aspiraciones, tanto así que solo un mes después de el primer fracaso estábamos rumbo a EEUU con un bote de tremenda calidad, hecho y lanzado al agua frente a las narices de la Policía y los Guardafronteras del régimen. Por Playa Larga comenzó aquel viaje de 17 horas por un área muy popular del Norte Matancero de la referida playa perteneciente a Cárdenas.

Fuimos interceptados por parte de las autoridades de Guarda Costas de USA llegando a tierra luego de ser avistados por un avión de reconocimiento del mismo servicio Estadounidense. Esta última experiencia me confirmó que se podía lograr y que no era difícil.

Ocho días en un buque Norteamericano del servicio de Guarda Costas reforzaron la decisión, yo estaba equivocado, solo que aún no lo sabía, no podía imaginar los peligros que enfrentaría junto a un grupo de hermanos cubanos. De todos modos esos ocho días en el barco de guardacostas de USA nos permitió entender como funcionaban en su relación con los balseros cubanos, evitaban los abordajes de noche por lo que era la noche el mejor momento para viajar. Nuestro transito nos permitía ver los movimientos de los aviones de reconocimiento y sus horarios.

Ya en Cuba detenidos en Casa Blanca lo confirmamos con otros balseros, se debía navegar con escalas y de noche evitando ciertos horarios y con escala.

Durante todo 2013 busqué la mejor forma de salir de Cuba pero a partir de septiembre de ese año todo fue más difícil, a raíz de ser entregados por los Norteamericanos a los Guardias Castrocomunistas nos pusieron bajo un control estricto, en parte por mí seguramente llegamos a ser seguidos. Todos los que intentamos llegar a tierras de libertad  del mismo grupo fuimos acosados de una u otra forma, nos tenían muy vigilados, preparar la siguiente aventura se convirtió en una odisea. Era casi imposible reunirnos y mucho menos coordinarnos pero poco a poco burlamos los controles, lo juntamos todo, nos reorganizamos y nos alistamos.

Tuvimos que establecer formas de vigilancia y contrachequeo, no todos nos reuníamos, fue bien complicado porque necesitamos recorrer muchos lugares en busca de cosas para la expedición y un lugar seguro para escapar. En los primeros días de Noviembre de 2013 utilizando la casa de Adonys Gonzalez Escanez como centro de la organización, la planificación y la fuga, decidimos intentarlo por un lugar prácticamente deshabitado escogido previamente tras meses de búsqueda y donde teníamos colaboradores.

Dieciocho almas se coordinaban para mover desde el hogar de Adonys hasta un camión a 80 metros provisiones de todo tipo, el barco en partes y el avituallamiento requerido. Riesgo a tope, se debía atravesar desde la ciudad de Cárdenas hasta muy cerca de la playa Menéndez a la mayor brevedad docenas de kilómetros sin protección. En uno de los pueblos que debíamos cruzar casi nos sorprende la Policía del régimen, algunos tuvimos que adelantarnos a la caravana intentando evitar encuentros indeseados.

Con muchos tropiezos los guias detienen el camión, comienza el descargue y con todo lo transportado se internaron en una especie de ciénaga. Yo tenia que volver a Cárdenas había que limpiar el terreno y entregar una moto que sirvió para custodiar al transporte, me quedé solo en medio de la más tremenda oscuridad. Los míos avanzando por aquel terreno peligroso, el camión en fuga, y yo, yo de regreso.

Luego de hacer mi parte, ya al medio día en Cárdenas tome una maquina de alquiler hasta un lugar de reunión previamente pactado a varios kilómetros de donde estarían los aprendices de navegantes.

Todo marchó a la perfección, los ya mencionados colaboradores me llevaron con el grupo y !SORPRESA!, ya estaba listo el "navío". Me quedé impresionado, era una obra digna de elogio, imaginen preparar un barco para 18 personas, provisiones, combustible y abundante agua, hacerlo en esas condiciones montando todo el sistema de navegación incluido un motor que sobrevivió a todas las peripecias del traslado.

Por otro lado era mi primera vez en aquel lugar, parecía todo salido de un documental sobre un área no explorada, la zona es inhóspita, los canalizos de ese lugar que lo identifican como "Musulmanes" daban protección pero a la vez por su complejidad no permitieron la salida esa noche. Luego de más de 24 horas de dura acción y horas de navegación por un laberinto de canales tuvimos que abortar, desistir esa noche, el guia se perdió. El saldo fue negativo, el grupo se rompió, los perros guardacostas rastrearon el lugar y casi lo perdemos todo, de hecho la mayoría jamás haría ese viaje.

Decidimos esconder la balsa entre cinco personas, el resto, incluido guia y colaboradores iniciaron una retirada que devino en calamidad física para la mayoría, nosotros logramos ocultar aquella aparentemente enorme embarcación en medio de un cayuelo de malezas y fango que pareciera hecho a propósito.

Uno de nosotros  quedó con el "barco", cuatro comenzamos un recorrido que nunca olvidaré, kilómetros de terrenos intransitables, una carretera poco transitada y por ella andamos kilómetros y kilómetros hasta el amanecer. Más riesgo, suerte, dinero y estamos en CASA, en una situación muy lamentable pero analizando lo ocurrido, buscando información para no fallar. No podíamos fallar otra vez.

Luego supimos que detectaron nuestra presencia en la zona, nos confirmó el guardián de la balsa que por la orilla de aquella suerte de mar interior pasaron durante dos días grupos de esbirros guardacostas tratando de entender quienes violaron la paz de ese lugar olvidado. Todo parecía mas tranquilo muchos no podían intentarlo otra vez, todos habían invertido recursos, para intentar salvar algunos fondos nos proponen negociar con interesados en la travesía pero las cosas se precipitaron, de todas formas era la noche del 6 de noviembre de 2013, sin saberlo y a causa de acontecimientos inesperados, horas después, esa noche del 6 de noviembre sería mi ultima noche en Cuba.

Cinco años después me animo a contarles hechos muy peculiares que comienzan un siete de Noviembre y terminan un día quince, a punto de morir dos veces, tormentas, vida en cayos de Bahamas y 7 días con 8 noches de travesía.

Mañana comienzo la historia, aprovecho para dejarles un resumen de capturas de satélite que muestran la zona de escape los cayos que utizamos en la travesía y el lugar de arrivo.

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