“Quítate de la línea díaz canel que ahí viene el tren”. Por Ricardo Santiago

por Ricardo Santiago
TOMADO DE POR ESO ME FUI DE CUBA


Los cubanos que tenemos sentido común nos hemos dado banquete, hemos gozado de lo lindo, nos hemos “desparramado” con todo tipo de chanzas, burlas, jodederas, “cubaneos”, chotas y “cueros” contra este otro burdo montaje “constitucional”, que levanten la mano los que estén de acuerdo compañeros, de la “elección” presidencial en Cuba y donde fue nombrado, por un pellizco o una nalgada, ¡vaya usted a saber!, el tonto útil, muy útil, de díaz canel.
Risas, jaranas y bonches a parte yo digo que este tema es algo muy serio porque una vez más hemos sido víctimas de la total impunidad con la que esos bandidos, de esa mierdera revolución castrista, actúan, hacen y deshacen en nuestro país y ante los ojos bizcos o bizcos ojos de la comunidad internacional.
Que me perdonen los presentes, y quienes están por llegar, pero ese parlamento, esa asamblea nacional o ese congreso que tienen montado los castristas en Cuba es algo muy parecido, pero muy parecido, a una fábrica de armamentos de destrucción masiva con las que se ha aniquilado lentamente, mediante el genocidio más largo y brutal de la historia, al humilde y noble pueblo cubano.
Pero bien, regresando al tema del presi-títere, este infeliz aun no se ha sentado en el “sagrado” tibor de la revolución y ya ha cumplido con abnegación revolucionaria una de las tareas fundamentales encomendadas por el general pirulín y es la de que el pueblo cubano, quienes hemos estado expectantes y atónitos ante tan canallesco descaro y todo aquel interesado o curioso en el tema Cuba, dejen de fijarse, le quiten los ojos de encima, se olviden por un tiempo, de los hijos de raulín pirulín: mariela y alejandro castro espín.
Entiéndase bien porque esta idea es muy importante, este mentecato no lleva ni 24 horas sentado en el máximo orinal marxista de Cuba y ya tienen que ponerle una de esas medallitas que otorga el castrismo a quienes cumplen con obediencia, tiempo y forma, las tareas que vienen de arriba, de bien arriba, de tan arriba que en el descenso siempre se desconchinflan y terminan convertidas en los eternos disparates de un régimen que no tiene ni pies ni cabeza.
Aunque díaz canel esté ahí para eso, es decir, para aguantar palos como un trastorna’o y asumir las culpas del desastre que le dejaron sus antecesores, un par de hermanos endemoniados que se encapricharon, por casi 60 años, en la alquimia mojonera de convertir el progreso en atraso, la economía nacional en chofe abre atrás que me apeo y la esperanza de vida de los cubanos en una gigantesca y cotidiana batalla contra los demonios estomacales, quienes tengamos vergüenza, dignidad y sintamos amor del bueno por nuestra Cuba querida, no podemos aceptar esta farsa y tenemos que denunciar ante el mundo este nuevo descasro de esa criminal dictadura.
Yo digo que hay que ser muy oportunista, muy sinvergüenza y muy pendejo para aceptar semejante “puesto” de lleva y trae y no tener los “cojontras” necesarios para decirle al castrismo: no, yo no acepto esa inmoralidad, los cubanos necesitamos un presidente elegido en las urnas, entre varios candidatos, aunque el castrismo tenga el suyo.
Habría que ver a este sopapo de díaz canel compitiendo por la presidencia de Cuba, en igualdad de condiciones, con, por ejemplo: Rosa María, Rodiles, Eliecer o cualquier ciudadano cubano que tenga un proyecto cívico, económico y político que saque definitivamente a nuestro país del profundo abismo en que esos mal nacidos castristas nos han hundido por toda o por muchas vidas.
Pero triste, tristísimo el papel que tiene que jugar este mediocre funcionario del infortunio, el muy imbécil hasta lo asume públicamente, grita con responsabilidad que su pirulín-mentor es quien va a tomar las decisiones importantes y que lo suyo será la cuestión del papel higiénico, vigilar a la Gallega pa’ que no se le vaya la mano con el rojo aseptil de los durofríos de fresa y poner las nalgas para soportar todas las patadas que da el socialismo cuando quiere encontrar un idiota a quien culpar del desastre que genera esa malformación existencial.
A los cubanos este medio ser humano no debe preocuparnos, él sabe que si se hace el gracioso terminará resbalando de un balcón o igualitico a como terminó un tal Dorticós hace unos cuantos años, los cubanos debemos estar alertas, muy alertas, dirigir nuestras energías a quienes mueven los hilos de esta figurilla, de esta “cuquita”, que no tiene la necesaria cabeza para entender que es un muerto en vida.
Ricardo Santiago.

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