Agencias Por: Lucila Marti Garro 18 de abril de 2018 • 11:00 MIAMI.- Sobre la Calle 8, las banderas de Cuba y Estados Unidos flamean juntas, casi unidas. En las veredas abunda el olor a habano, las carteleras en español, y la rumba sonando de fondo. Es el barrio de Little Havana, donde no gobierna el apellido Castro ni se apoya al socialismo, aunque también parece una isla: es un mundo aparte de la típica postal de Miami. Algunos de sus habitantes escaparon hace 50 años; otros acaban de exiliarse. Pero hay un tema que logra el consenso de tres generaciones: el apellido Castro. Sean jóvenes o ancianos, ninguno de los exiliados cubanos considera que el alejamiento de la presidencia de Raúl Castro vaya a apartarlo del poder. "Es una pantalla solamente. Los castro nunca van a dejar el poder, eso es una enfermedad peor que el cáncer", opina Eduardo Prieto Blanco, de 60 años. Lleva una remera con dos rostros, titulada "Asesinados por los Castro", y cuen
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